Declaraciones de Kicillof, en un ataque hacia los inversores en edificios de alta gama, revela un par de aspectos del discurso oficial que tendrá pronta respuesta, y no será buena.
Para comenzar, utiliza el término peyorativo Viviendas Premium para las construcciones nuevas.
Este término, ya fue empleado el año pasado, en el 2011, para denominar la inversión de algunas empresas desarrolladoras, que decidieron invertir en edificios de calidad, denominados de alta gama, en barrios bien ubicados desde el punto de vista de la seguridad y combinación de servicios, apuntando un cliente con posibilidades de invertir.
El funcionario, se refirió a este tipo de construcción como de “inversión especulativa”, una denominación que pretende ser una crítica.
En primer lugar, no se entiende por qué un negocio, para el oficialismo, es algo negativo. Los negocios, en todos los casos son especulativos, si no, no serían negocios, se hacen para ganar, y para ganar cada vez más.
Ahora, si los que compran estas propiedades, pueden y quieren hacerlo, no se entiende qué quiere decir Kicillof con darle una connotación negativa a la apuesta a un mercado inmobiliario con el fin de invertir, como tampoco se entiende por qué sencillamente invertir no le parece bien, colocando al cliente o propietario en un rol de delincuente financiero, o algo así.
Qué le pasa a este gobierno, a ver, ilústrennos en qué propiedades viven, acaso no viven en edificios con un valor obsceno, mientras hay gente que no tiene ni con qué pagar el alquiler de un cuchitril?
Ya es hora que alguien pare semejante locura, a ese señor el mercurio le está afectando la realidad.
En el mismo orden, mientras a Kicillof le parece que las empresas inmobiliarias argentinas son delincuentes especuladoras, ese señor cuenta con dos propiedades en Uruguay, compradas en dólares, los mismos que el gobierno no permite adquirir.
Para este señor, la “inversión especulativa” en Uruguay no es delito, pero en Argentina sí.
Mientras, se puede defender diciendo que en su momento aclaró que estas propiedades las adquirió en el 2005, cuando no acusaba a nadie de inversión especulativa, es decir, no se había inventado el término, aplicado a empresas desarrolladoras en Argentina.
En otros orden de cosas, quisiéramos saber los ciudadanos, qué define este señor como Viviendas Premium, y luego, me gustaría hacer un relevamiento de todos los funcionarios K, que demuestren que ellos no viven en viviendas Premium.
Me consta, que varios de estos funcionarios viven en la calle Galileo, una de las más caras de Buenos Aires, Premium al cuadrado, zona de edificios de altísima gama, acaso esos edificios no se consideran dentro de las definición de Kicillof de vivienda Premium.
Para ese señor, la aspiración de los otros de vivir igual que él, es desajustada con las condiciones de este país.
En este país, sólo ese funcionario y sus amigos pueden acceder a edificios Premium, todos los demás son delincuentes que pretenden especular, qué atrevimiento.
Aquí publico la declaración jurada de este señor, y sus propiedades no especulativas, compradas en dólares con el magro sueldo de investigador del CONICET, según él.
Yo creo que al primero que hay que investigar es precisamente cómo es que este señor con un sueldo de investigador pudo comprar estas propiedades.
Mientras la AFIP se dedica a perseguir a veraneantes, a turistas, las fugas está bien escondidas detrás de discursos sospechosos.